Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción
Conserva en el interior de su bella planta un ábside profusamente decorado. Obra de transición del gótico al renacimiento. El templo principal es de nave única con cabecera poligonal y bóvedas de nervaduras góticas tardías.
En el presbiterio se conserva un retablo barroco de finales del XVII en el que se pueden admirar unas bellas pinturas murales que representan a San Pablo predicando en Libisosa (año 64 d.C.) y el martirio de San Vicente y San Leto (año 253). La obra data de mediados del siglo XVII, y fue dirigida por el maestro escultor Don Josep Moller de Toledo y por el pintor sevillano Don Pedro Guzmán y Vez. Costó 12.500 reales.
El retablo está formado por tres cuerpos y tres calles, es un ejemplo de típica planta barroca estructurada básicamente por columnas y pilastras que apoyan sobre cubos y entablamentos. La obra original se encuentra dorada con oro fino y policromada según la técnica de la época. Combina ornamentación floral con querubines y santos de talla. Destaca en el cuerpo superior el conjunto formado por “El Calvario” y “El Padre Eterno con los siete dones del Espíritu Santo”.
Las pinturas murales situadas en los espacios inmediatos al retablo se enlazan con el mismo formando un conjunto homogéneo. Las escenas que aparecen en el lateral izquierdo representan la predicación de San Pablo en Libisosa y la consagración del Templo dedicado a los Santos Mártires. En el lateral derecho aparece el martirio de San Vicente y San Leto y la revelación a Sta. Máxima del lugar donde estaban depositadas las cenizas del martirio. Estas escenas se desarrollan en el espacio delimitado por unas arquitecturas simuladas y de la misma tipología que las del retablo. De este modo la pared queda estructurada como si fuese otro retablo. Toda la iconografía e inscripciones que aparecen en las pinturas están relacionadas con la obra titulada “Venida del Apóstol San Pablo a España y predicación en ella y como estuvo en Libisosa …” cuyo autor es el bachiller Alonso de Requena y Aragón, publicada en Madrid en 1647.
La tracería gótica se encuentra ornamentada con querubines y angelillos portando diversos atributos, sobre fondo de cielo. El conjunto destaca por la profusión de la decoración y lo intrincado de las composiciones.
En el lado de la epístola destaca la Capilla de la Virgen de la Cruz, construida en el siglo XVIII. Ofrece planta de cruz latina, crucero con cúpula y cabecera plana.
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