LAS FIESTAS: ERAN OTROS TIEMPOS. J. ÁNGEL MUNERA MARTÍNEZ

LAS FIESTAS: ERAN OTROS TIEMPOS. J. ÁNGEL MUNERA MARTÍNEZ

LAS FIESTAS ERAN OTROS TIEMPOS…
Por J. Ángel Munera Martínez – Mayo de 1996

Estamos a punto de iniciar unas nuevas FIESTAS DE MAYO. Un año más. Cuando cae en nuestras manos el esperado Programa de Festejos, rápidamente hojeamos sus páginas centrales para ver qué hay de nuevo este año. Algún acto resalta, alguna novedad, y por lo demás comprobamos que es lo mismo del año anterior. No podía ser de otra manera. Algunos, los más» viejos» recuerdan con añoranza las fiestas pasadas en sus años mozos, y se les escapa inconscientemente … i Qué fiestas aquellas!.

Vamos a recordarlas. A unos les traerá este artículo recuerdos melancólicos, a otros nos servirá para aprender de nuestros mayores y conocer una parte de nuestra historia reciente: sus fiestas y folklore.

Hemos centrado el estudio en el período 1953-1962. Dentro de esta década observamos dos etapas diferenciadas. La primera 1953-58 en la que las fiestas son organizadas directamente por los Mayordomos de la Virgen de la Cruz con la colaboración económica del Ayuntamiento; y la segunda etapa, 1959 en adelante, en la que las fiestas son organizadas por el Ayuntamiento con la aportación económica de los Mayordomos, al igual que hoy.

La primera etapa es la más interesante desde el punto de vista histórico, y es por la que vamos a empezar.

La Junta General de Mayordomos se reunía dos veces al año, una el día 25 de marzo, «Día de la Virgen» y la otra el 4 de mayo. En la primera cita se juntaban todos los Mayordomos -alrededor de 140 en estos años- en el Ayuntamiento presididos por el Sr. Alcalde. Allí se tomaban los acuerdos más importantes para las próximas fiestas. Se acordaba a qué pirotécnico se le encargaba el Castillo de Fuegos Artificiales del día 3 de mayo. Normalmente recaía el encargo en Adolfo Micó de Tobarra o en Manuel Utiel de Madrigueras. También se convenía la celebración de la fiesta de los «danzantes» y «que la misma sea amenizada con dulzainero y tamborilero». Los músicos solían ser de Bétera (Valencia) ¿Recordáis a Francisco Miralles?

En esta reunión de Mayordomos del día 25 se acordaba celebrar misa solemne «con tres sacerdotes y predicador» el día 3. El encargo de búsqueda de predicador venía recayendo en estos años en D. Pedro García Munera, el que sería posteriormente Director de «La Voz de Albacete» . También se concertaba qué Banda de Música iba a animar las fiestas. En los años anteriores a 1955 es la «Agrupación Musical El Iris» de las Pedroñeras la elegida, dirigida por Rafael Picazo Moreno. (Algunos aún le recuerdan).

En el período 1955-60 las fiestas de mayo tienen un color especial, una alegría desbordante y contagiosa. Resulta que un maestro de música, proveniente de La Roda, Don Alfredo Falcón de Lázaro (otrora piloto de aviación del Ejército Republicano en la Guerra Civil del 36, información oculta entonces) había creado con un grupo de muchachos y el apoyo del Alcalde, D. Francisco Tendero Carrasco, una Banda de Música Local. No era la primera banda de música de Lezuza, los más viejos hablan de otra anterior a la Guerra Civil. En aquellos años hubo más fiesta que nunca. Los músicos no se rendían al cansancio. Los bailes amenizados en la Plaza desde «el kiosko de la música» duraban hasta entrada la madrugada. Los pasodobles eran repetidos hasta la saciedad.

En los años siguientes a la desaparición de la Banda Local, los Mayordomos contratan a la Banda Municipal de Tarazona de la Mancha, su director era D. Miguel López Moya. Cuando venían los músicos de Las Pedroñeras o de Tarazona eran alojados en las casas de los Mayordomos, estos les daban cama y comida a cambio de 90 pesetas por cada músico hospedado.

Facultaban los Mayordomos presentes en la reunión del 25 a una Comisión elegida en ese acto «para que los festejos de otra naturaleza y menos importancia los organice ella conforme a las normas consuetudinarias». Durante cinco años consecutivos la Comisión de Fiestas de los Mayordomos estuvo presidida por Natalio Lozano López, su secretario fue Ramón Hernández Flores y Amable Milla, y el cargo de tesorero lo ejercieron Isaac García Sevilla y Juan López. La Comisión contaba con unos vocales, que por ejemplo en el año 1954 eran Asensio Flores Romero, Félix y Herminio Morote García, Aurelio Lucas Martínez, Antonio Marcilla Avendaño y Antonio Huerta Carrilero.

Además de los actos importantes reseñados cabe citar la organización de concursos de carreras pedestres y de sacos. Edelmiro Martínez, León Ortega y Ramón Avendaño se disputaban los primeros puestos, el ganador del primer premio de la carrera pedestre recibía 25 pesetas.

En el año 1959, siendo alcalde don Antonio García, se incorporan al programa de festejos algunos actos de tipo cultural y popular: exposición infantil de dibujo y acuarela, globos grotescos, humorística chocolatada, … En el año 1961 aparecen en el programa funciones cinematográficas con ”selectas películas”, la revolución del cinemascope había llegado.

Facturas curiosas nos encontramos muchas. Por ejemplo, Antonia Marín presenta una por toda las cuervas consumidas por la Banda de Música Local en las fiestas de 1954 por importe de 74 pesetas. Ángeles García recibe de la comisión de fiestas 14 pesetas por dos candiles “para el ensayo de los danzantes por carecer el local de fluido eléctrico”.

El penúltimo día de fiestas, el 4 por la mañana, de nuevo se reúnen en el ayuntamiento los mayordomos para pagar “el cargo”, o sea, la cuota que correspondía a cada uno “para pagar los gastos en proporción al número de inscritos”, en estos años la cuota era de 60 pesetas. Aquel mayordomo que no pagara “podrá ser obligado a su pago por medio de demanda judicial que entablará el Sr. Alcalde”. Se podía excusar el pago del cargo si había fallecimiento de los interesados, hijos, esposa, padres, hermanos o abuelos.

En esta junta del 4 de mayo se sorteaba entre los presentes las insignias de la Hermandad para las próximas fiestas: una bandera nueva y otra vieja, una rodela, una banda y cinco alabardas, vulgarmente conocidas como “pinchos”.

El presupuesto de las fiestas estaba en torno a las 12.000 pesetas. Si tomamos como ejemplo el año 1955, el Ayuntamiento aportaba a la comisión 5.000 pesetas y el resto era prorrateado entre los Mayordomos a 60 pesetas cada uno. El gasto más importante era el de la Banda de Música seguido del de los Fuegos Artificiales. Las cuentas eran presentadas por la Comisión al Alcalde y a la Junta General de Mayordomos. (Ver resumen de ingresos y gastos del año 1955).

Es en el año 1959 cuando empieza la segunda etapa a la que aludíamos al principio del artículo. En este año las fiestas pasan a ser organizadas por el Ayuntamiento, los mayordomos van a contribuir sufragando algunos festejos como ocurre actualmente.

No estaría mal que algunas tradiciones perdidas se intentaran recuperar, por el bien de la Hermandad de Mayordomos y para mayor realce de nuestras fiestas.

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