Durante todo el Siglo XVI asistiremos al resurgir de la localidad de Lezuza. Afirmándose el asentamiento en el llano y el definitivo abandono del Cerro del Castillo como lugar de hábitat. Este fenómeno queda confirmado con dos acontecimientos claros: la concesión de la categoría de villa a Lezuza y el desarrollo arquitectónico del municipio. Entre los edificios visitables de esta cronología descartar los de naturaleza religiosa como la magnífica Iglesia Parroquial de la Asunción.
El enclave arqueológico de Libisosa y su colección museográfica es a día de hoy un referente cientítifco y de difusión del Patrimonio Arqueológico. Nos encontramos ante un enclave que goza de una ubicación privilegiada, ya que se encuentra en el centro de un territorio surcado por un entramado viario fundamental en la península ibérica. Hablamos de los caminos ganaderos más importantes desde la Prehistoria y Antigüedad.
El término municipal de Lezuza pertenece a la comarca natural del Campo de Montiel. Tiene una altitud media de 900 m (rango entre 750-1100 m), unos materiales geológicos principalmente calizos y también margosos, sobre todo del Jurásico, aunque también hay cretácicos y cuaternarios, y un clima mediterráneo-continental, seco y fresco. Su distinta altitud y orografía confieren una gran riqueza paisajística.
El municipio de Lezuza es un referente en el cuidado y difusión de su cultura tradicional, tanto material como inmaterial. Este cuidado se refleja en el magnífico Ecomuseo Etnográfico situado en Tiriez, como en el cuidado de parajes de significado cultural. La cultura tradicional en el municipio es un elemento vivo y participativo, así lo muestran eventos como las Jornadas de Tiriez al Fresco.
El municipio de Lezuza cuenta con dos importantes museos de titularidad pública con una vocación clara de servicio a la sociedad y su desarrollo. Ambos museos, aunque con diferentes filosofías museísticas y temáticas, son referentes territoriales de divulgación y salvaguardia del patrimonio.